Se han cumplido 400 años desde que Vicente de Paúl, “el santo de la caridad”, se entregase sin condiciones en la lucha por la dignidad de los excluidos y la concientización de las gentes a favor de los pobres. Recordamos su carisma y su legado a través de las misiones de los paúles –padres vicentinos- en países tan distintos como Bolivia, Mozambique y Honduras.
En Bolivia acompañamos a los padres Diego Plá Aranda (español) y Aidan Rooney (norteamericano) acompañados en su misión por los jóvenes laicos Ramiro Malqui y Juvenal Silva además de la madre de familia Flor Silva. Los cinco forman un equipo misionero mixto que atiende desde la misión de Moco-Moco distintas poblaciones aymaras situadas a una altitud que va desde los 2.500 a los más de 5.000 metros sobre el nivel del mar.
En Honduras seguimos a los paúles españoles que misionan en la sierra de El Merendón, en la frontera con Guatemala. Un lugar de muy difícil acceso al que llegan caminando por estrechos senderos y atravesando puentes colgantes para llegar a las comunidades campesinas más pobres y olvidadas de la grandísima parroquia de Puerto Cortés.
En Mozambique es el paúl asturiano Eugenio López el que nos muestra su compromiso con la educación, la formación técnica y la fe católica en el norte del país, en la zona de Nampula y Nacala.
San Vicente de Paúl
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