Carta del Santo Padre Francisco
a la Familia Vicenciana
para la fiesta de San Vicente de Paúl
27 de septiembre de 2017
Queridos hermanos y hermanas:
Con ocasión del 4º centenario del carisma que dio nacimiento a su Familia, me gustaría
unirme a ustedes con unas palabras de agradecimiento y de ánimo y poner de relieve el
valor y la actualidad de san Vicente de Paul.
San Vicente estuvo siempre en camino, abierto a la búsqueda de Dios y de sí mismo.
A esta búsqueda constante se añadió la acción de la gracia: como pastor, tuvo un
encuentro fulgurante con Jesús, el Buen Pastor, en la persona de los pobres. Lo que se
comprobó especialmente cuando se conmovió ante la mirada de un hombre sediento
de misericordia y la situación de una familia que carecía de todo lo necesario. En ese
momento, descubrió la mirada de Jesús que le emocionó, invitándole a vivir, no ya para
sí mismo, sino para servirle sin reserva en los pobres a los que Vicente de Paul llamaría
más tarde “nuestros señores y nuestros amos” (Correspondencia, conferencias,
documentos, Coste XI-3, p. 273). Su vida se transformó entonces en un servicio
constante hasta su último suspiro. Una Palabra de la Escritura le había dado el sentido
de su misión: “El Señor me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva”
(cf. Lc 4, 18).
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San Vicente de Paúl
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