DESPEDIDA DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD

 Unas 40 personas entre religiosos, vecinos, simpatizantes, y trabajadores de la residencia de ancianos colapsaron el salón de Plenos para despedir a estas religiosas de la Ciudad de Olite. En estos momentos estaban en Olite 4 religiosas (Sor Josefina Díez, Sor Remira Aróstegui, Sor Celsa Gutiérrez, Sor Carmen Urbiquiain). El acto estuvo presidido por el Alcalde Francisco Legaz y el historiador Javier Corcin, les acompañaban prácticamente todos los concejales del Ayuntamiento (Josefina Pozo, Genma Garro, Santiago Tanco, Eva Gorri, Jose Garalut y Iñaki Arevalo). Tras unas palabras de alago hacia las religiosas por parte del alcalde Francisco Legaz, tomó la palabra Javier Corcin, que nos recordó en muy poco tiempo, la historia de estas religiosas que se asentaron en Olite en 1890. En un acto muy emotivo, el Ayuntamiento, entrego unos ramos de flores y les impuso el pañuelo de la ciudad a las religiosas. Para finalizar tomo la palabra la Superiora de las Hermanas, Sor Josefina, donde muy emocionada dedicó unas palabras a lo bien recibidas que han estado siempre en nuestro pueblo.



Notas sobre las Hermanas de la Caridad, cedido por Javier Corcín.

El 30 de octubre de 1889, el Ayuntamiento a una con los dos párrocos de la ciudad, mostraron interés por la venida de las Hermanas de la Caridad de San Vicente Paul y tomaron el acuerdo de preparar los locales necesarios para tal efecto. El local elegido por el párroco de San Pedro D. José Diego Tirapu fue la escuela de María para los niños de párvulos, dando salida al jardín pegante, que pertenecía a la parroquia de San Pedro. El día 4 de diciembre de dicho año los párrocos de las dos parroquias comunicaron a la Corporación, que se había conseguido el permiso para que las dos Hermanas de San Vicente de Paul vinieran al Hospital de Olite. Se encargarían también de la instrucción de los niños párvulos. Los corporativos hicieron constar su conformidad. El día de Navidad el Ayuntamiento en pleno, en nombre de la Junta de Patronato de la Ciudad, acordó solicitar una religiosa más, “ya que las tres que se han solicitado no eran suficientes”. También pidió la Junta del Patronato que una de las religiosas pueda dar lecciones de corte, bordado y otras labores a las niñas adultas que lo deseen. Como dato curioso anotar que las dos primeras Hijas de la Caridad en Navarra eran naturales de Olite. Se llamaban Sor María Antonio Gurrea y Sor Ángeles Berruezo.

El 22 de julio de 1890 se fundó el asilo del Corazón de Jesús y San José, residencia creada por el párroco de San Pedro y por José Diego Tirapu. Se estableció por mediación de las señoras de Laborería de Olite que habían estudiado en Sangüesa con las Hijas de la Caridad. El 28 de julio, la Casa Provincial de Madrid envió a Olite a tres religiosas: Salustia Sola, de Sangüesa, Francisca de Belzunegui, de Lumbier y Clara Foruria de Lequeitio. En 1891 llegaron Ignacia Urbiquiain, de Ustés, e Indalecia Pampliega, de Burgos, para reforzar el trabajo en la escuela. Unos años más tarde la olitense Margarita Izuriaga y Juana Idoy, de Tafalla, también se unen al resto de las Hijas de la Caridad. Desde entonces la escuela ha llegado a tener hasta 250 párvulos y 120 niñas mayores, e incluso llegó a impartirse bachillerato a iniciativa de Sor María Luisa Rey. La actividad docente se mantuvo hasta que comenzó la concentración escolar a Olite en 1982. En tiempos del párroco de San Pedro, Javier Orradre se constituyó la Fundación Religiosa “La Milagros”, encargada de la dirección de la Residencia de ancianos. La residencia dispone de 40 habitaciones y 60 plazas. 

 Conocemos los nombres de las siguientes Hermanas que han desarrollado su apostolado en Olite:

 Sor Mª Antonia Gurrea, Clara Foruria, Mª Ángeles Berruezo, E. Dominica Jiménez, Mª Petra Luna, Antonia Labairu ,Eufemia Muniain, Casimira Barbero, Casilda Sos, Eustaquia Llorente, Engracia Andía, Ascensión Sesma, María Oyaga, Margarita Izurriaga, Antonia Muguiro, Blasa Maeztu Lacalle, Emilia Zulaica, Isidora Jaurrieta, , Julia Goñi, Justa Arizmendi , Marcelina Abaurre, Leodegaría Castellano., Delfina Oyaga Abaurre, Brígida Oyaga, María Jaurrieta, Dolores Ochoa, Josefa Izurriaga, Julia Andía, Gregoria Cerdán, Eudiwigis Echeverría, Felisa Lacasta, Antonia Monreal, Blanca Gil, Magdalena Pérez, Celsa Gutiérrez, Bienvenida Pascual, Remira Aróstegui 

Documentos sobre las Hermanas de la Caridad.

AÑO 1888 Gratificación a las monjas del Hospital.- (2-noviembre-1888) 

 Se propone que en el caso de establecerse religiosas en el Hospital y que se encarguen de la instrucción de los niños párvulos se señale para las mismas una gratificación anual de 400 pts., que es lo que se da actualmente a la maestra, y se acuerda también, que por la Junta del Patronato se suplique al fundador procure que una de las religiosas tenga la instrucción para dar lecciones de corte, bordados y demás labores a las niñas adultas que lo deseen.

 AÑO 1899 

Monjas en el Hospital.- El Sr. Párroco de San Pedro se personó en el Ayuntamiento exponiendo lo siguiente: “que debiendo establecerse en el Santo Hospital religiosas para el cuidado de los enfermos, y al propio tiempo para la instrucción de los niños párvulos, según se tiene anteriormente acordado, es indispensable preparar locales a ese efecto y suplica se hicieren estos por cuenta del Municipio por el bien que ha de importar a la población, y de mutua conformidad se acordó destinar el local de la Escuela de María para los párvulos dando salida al Jardín pegante, que pertenece a la parroquia cuyo jardín se cerrará con pared sirva de patio y que la Escuela de Música actual se destine para las niñas adultas, debiendo presupuestarse los gastos. 

 AÑO 1927 

 Terreno que solicitan las monjas de San Vicente. La superiora de dicha Comunidad sor Clara Lloruria solicita al Ayuntamiento el término que está en la parte sur del colegio, el cual mide unos trescientos metros cuadrados, con el fin de quitar el estercolero que en dicho sitio se forma y darle mejor aspecto con plantación de árboles y para que sirva de recreo a las niñas. El Ayuntamiento acordó acceder a lo que se pide, viendo gratuita la concesión en atención a que no reporta dicho terreno beneficio alguno al Municipio. El terreno medía quinientos metros pero a pesar de ello se accedió.